Nuestros orígenes.
A fines del XIX, Severino Mira salió de Jijona por primera vez. Su destino era la populosa ciudad de Málaga donde pretendía vender su cargamento de turrones transportados a lomos de burros.
Tras el éxito que obtuvo en su primer viaje, decidió volver, ya en carros, para quedarse con su familia en un humilde despacho de venta.
Así, con trabajo, esfuerzo y sacrificio, fue prosperando el negocio y se estableció en Málaga, de forma permanente, la familia MIRA.
Pero el turrón sólo generaba ingresos en una determinada época invernal, por lo que, aprovechando las enseñanzas de los heladeros jijonencos, comenzó también la elaboración y venta de helados.
Para hacer los helados, hace 100 años, utilizaba la nieve que traía en carretas desde la sierra de Ronda -concretamente de la famosa Sierra de las Nieves malagueña-, siendo su heladería la primera que existía en la ciudad de veranos calurosos.
La adaptación de la electricidad a la industria supuso un avance notable, pasando de las fresqueras y barras de hielo con sal a los primeros compresores. La tecnología impulsaba el negocio sin perder sus recetas originales.
Aquellas mismas recetas han llegado hasta este siglo XXI, donde la empresa elabora los helados en Málaga con la misma fórmula que lo hacía Severino Mira a principios del XX; aunque, obviamente, con todas las garantías sanitarias y técnicas de los años en que vivimos. Los turrones también siguen aquellas recetas antiguas; son elaborados en Jijona donde obtienen su denominación de origen y su garantía de calidad máxima.